JUMPSUITS


Los "jumpsuits" o "playsuits", mejor conocidos en Mexico como "jumpers," se han convertido en un emblema esta temporada. Alexander McQueen fue el que les dio el giro "luxurious" que hizo que todas las viejas alrededor del mundo pusieran cara de WOW.
Yo soy del '79, así que, me considero una más atrapada por este hechizo de una sola pieza que le da sentido a mi existencia en cuanto a moda se refiere.
Cuando pienso en Jumpsuits veo a Farrah en mi mente. Visualizo sus piernas largas y torneadas; su pelo infinito y ondulado surfeando corrientes de aire tan escrupulosamente que siempre regresa a su lugar inicial; y por supuesto, el zarape desfondado que la hizo famosa.

I don't even wanna start on her look. Me tomaría una eternidad simplificar su estilo californiano tan "I don't care, and still look perfect" Que muchas soñarían con tener (yo entre
esas muchas).

A finales de los 70's y principios de los 80's, Farrah fue la epifanía de una mujer de mundo.
Pero en ese entonces, yo no conocia a Farrah. Solo sabia de la existencia de mi mamá, y con eso me bastaba para verla como la mujer mas bella del universo.


Aunque hace muchos ayeres, recuerdo tan claramente verla sacar los pinzones del cajón de su tocador para hacerse sus "waves".
Mientras se calentaban los voltios de ese pedazo de fierro, se aferraba a su closet sacando todo tipo de disfraces, tal cual sombrero de mago.
Pero ese día, especificamente esa tarde, mis ojos se enamoraron de la prenda mas bizarra y excitante que jamas habia visto en mi corta vida.

Estaba tan confundida! No sabia si la cosa esa era blusa o pantalón.
No tenía la más remota idea de porque las piezas estaban pegadas. Mucho menos de como se ponía! Por donde le entraba, y que se metía primero, si la cabeza o las piernas. 

Hasta que la paciencia me hizo justicia. Seguí paso a paso, el procedimiento de quedar muy a la Fawcett, y desde ese momento quedé prendada, literalmente, de ese ajuar tan deliciosamente sencillo, pero tremendamente elegante.

No pasó un minuto, cuando alze la mirada y con voz demandante exigí uno igualito al que mi progenitora traía puesto.

A la semana siguiente, tenía mi primer jumpersillo recien hecho, salido de la casa de la costurera, con la misma tela ra
yada que aquella tarde vistio mi mamá.

In case you wonder, nunca hicimos un mix and match.

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