THE BITTERSWEET RECURRENT DREAM

Hace mucho que no dormía por estar pensando en zapatos.

El zapato, las suelas, la chancla, el tacón, los botines, las tapitas, las cadenas, el cintillo, el color, la oferta, la mucha demanda y el poco dinero, el shipping, el sizing; y si al final no me entran, la tristeza y el refund.
Con tanto dime y direte que Calderón trae hoy en día, como que de pronto se me olvidó el rush de buscar el par que "según yo" me hace falta. Siempre digo que estoy a tres estilos de completar mi "shoe-stand" de ensueño. MENTIRA. Todo es una completa mentira. Estoy enferma de zapatonitosis viral tipo "TTZ" (TODO TIPO DE ZAPATO); y las inyecciones de "NTD" (NO TIENES DINERO) no me hacen efecto. Aparentemente soy inmune al tratamiento.

Me siento como esos adictos a la pornografía por internet.
Cuando me conecto, me voy directo a mis sitios favoritos para ver de que me puedo adueñar. Siempre tengo un pedido o una pestaña abierta con los nuevos diseñadores, los nuevos estilos y las garras afiladas para cazar las mejores ofertas. Por si fuera poco, este vicio tiene su chiste.
La experiencia me ha enseñado a comprar en el "segundo ideal". Si, segundo.
He perdido compras de vida o muerte por un segundo de duda, mala conección, lentitud mental, etc, etc, etc. Pero admito, que aunque pocas, pero atesoradas veces, ese segundo ha sido la diferencia de un par de fifties, de zapatos que me aprieten, me queden como pangas, o simplemente no sea lo que estaba buscando, pero que por aferrada, los compre, aunque nunca de los nunca del verbo jamás los use.

Y la cruda del after, prrrr...(a eso me refería con "bittersweet"). Después de arduas horas decidiendo, y muchos pares en mi carrito como de supermercado (ain't that cute?), me queda un dolorsazo de cabeza marca "What I was thinking!".
Ay! pero cuando me llega el mail de "order confirmation" siento una alegría en el corazón tan, pero tan grande, que hasta ganas de comer mariscos me dan.

Speaking of which, la semana pasada, tuve una recaida, pero de 5 estrellas: